Jocabed: la precursora de la libertad de Dios.

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Por: Miguel Jacinto

El libro del Éxodo inicia su historia diciendo que los israelitas se habían multiplicado en gran manera, lo que provocó que los egipcios se llenaran de temor, ambición y crueldad. El nuevo faraón ideó un plan malvado para utilizar a los descendientes de Jacob para su propio beneficio. Los israelitas fueron esclavizados y obligados a trabajar para el faraón y los egipcios sin remuneración. Los tiempos eran sombríos, de mucho sufrimiento, escasez y maltrato del gobierno central egipcio contra Israel. 

El capitulo dos de Éxodo, narra que Jocabed, madre de Moisés no se dejó atemorizar ni amilanar por la maldad del faraón. Ella dio a luz a su hijo y lo escondió por tres meses. Cuando ya no lo pudo ocultar decidió ponerlo en el río Nilo en una pequeña canoa. Ella confiaba en que Dios tenia un plan para su hijo, mas no sabía como lo haría. Dios tenía todo preparado. La hija del faraón que era estéril se bañaba en el Nilo, y vio la pequeña embarcación con el niño dentro y tuvo compasión de él. La princesa egipcia contrata a Jocabed para criar al niño con la promesa de regresarlo cuando estuviese listo para ser adoptado y educado en el palacio de Egipto (Éxodo 2:1-10).

De esta historia se pueden extraer tres principios de fe que se aplican a la madre de Moisés. Primero, Jocabed confiaba en la bondad del Dios de Jacob. Seguramente había escuchado de las promesas que Dios había hecho a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob. Esta fe era fuerte y firme que le llevó a desafiar la maldad y la crueldad del faraón escondiendo a su hijo. Segundo, ella entregó el futuro de su hijo en las manos de Dios. Jocabed entendía que no podía ofrecerle seguridad ni bienestar a su hijo. Ella demostró confianza absoluta en el poder, protección y provisión de Dios para su hijo. Tercero, Dios honró la fe de Jocabed permitiéndole criar a su hijo bajo la protección de la hija del faraón y ser remunerada por su valentía. Dios utilizó la fe de esta abnegada madre para traer al libertador del pueblo de Israel contra todo pronóstico.

Estimada amiga, posiblemente usted está viviendo circunstancias en su vida que requieren la intervención sobrenatural de Dios. Confié en la gracia, el amor y el poder de Dios para ayudarla a tener una vida victoriosa. Entregue en las manos de Dios todo lo que le preocupa, atemoriza y de lo que no tiene control. Al igual que Jocabed su fe será recompensada de maneras impensables. Jesús dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30).

¡Felicidades a todas las Madres!