La exhortación a perseverar

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Por: Dolly Martin

Tim Sledge entregó su vida al Señor Jesucristo a la edad de nueve años durante un año en el que estaba leyendo la Biblia de principio a fin. A los 17 años predicó a 1,200 adolescentes en una reunión evangelista que organizó en su ciudad natal de Odessa, Texas. En su blog, Sledge dice, “Continué predicando por 36 años más”. Durante esos años pastoreó varias iglesias, la última iglesia siendo Kingsland Baptist Church en Katy, TX. El pastor Sledge fue usado por el Señor para guiar a la iglesia hacia un crecimiento extraordinario tanto en números como en expansión del ministerio.

No creyente y ateo

Pero ahora Sledge se describe a sí mismo como un “no creyente” y escribió varios libros incluyendo “Goodbye Jesus” (Adiós Jesús) desde que dejó la fe. En su blog explica que no dejó la fe por problemas. “Dejé de creer cuando finalmente examiné todo lo que había leído, visto y experimentado, y luego admití que la evidencia no era convincente”.

Sledge no es el primero ni será el último ministro en abandonar la fe que una vez abrazó. Charles Bradley Templeton fue una figura de los medios canadienses y ex evangelista cristiano. Conocido en las décadas de 1940 y 1950 como un destacado evangelista, se volvió agnóstico y luego abrazó el ateísmo después de luchar con dudas acerca de la validez de la Biblia y la existencia de Dios. Al igual que Sledge, Templeton escribió un libro llamado “Farewell to God: My reasons for rejecting the Christian faith” (Adiós a Dios: mis razones por rechazar la fe cristiana).

Dos ejemplos de la Biblia

Volviendo más atrás en la historia, leemos en la Biblia de hombres como el Rey Saúl que comenzó muy humilde y fue usado por Dios para profetizar y guiar al pueblo de Israel en grandes batallas. Pero cuando Dios le manda matar a toda la nación de Amalec, escogió congraciarse con el pueblo en vez de obedecer el mandato de Dios. Hasta su último aliento, nunca se arrepintió ni corrigió su senda y siguió buscando el favor de la gente en vez de obedecer al Señor. Por eso Dios lo rechazó como rey.

En 2 Crónicas 23 y 24 leemos del rey Joás quien fue rescatado por sus tíos de ser ejecutado junto con sus hermanos por su malvada abuela Atalía. A los siete años fue coronado rey y sirvió fielmente al Señor todos los años de su tío, el sacerdote Joiada. Él fue responsable por limpiar y reparar la casa de Dios que había quedado abandonada durante la tiranía de su nefasta abuela. Pero dice la Biblia en 2 Crónicas 24:17-18, “Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá y ofrecieron obediencia al rey; y el rey los oyó. Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas”.

Dios envió a su primo, Zacarías, hijo de su tío Joiada exhortándole a arrepentirse. Dijo, “¿Por qué quebrantan los mandamientos del SEÑOR? No prosperarán; porque por haber abandonado al SEÑOR, él también los abandonará”. En vez de humillarse, Joás endureció su corazón aún más y mandó apedrear a su primo en el atrio del templo.

El Señor envió al ejército sirio contra Joás como castigo por su idolatría. Dice en 2 Crónicas 24:24, “Aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, el SEÑOR entregó en su mano un ejército muy numeroso, porque habían abandonado al SEÑOR, Dios de sus padres. Así ejecutaron juicio contra Joás”. (RVA-2015)

La perseverancia es recompensada

La Biblia está llena de historias de personas que permanecieron fieles hasta el fin y fueron recompensados por su perseverancia, pero también incluye historias de aquellos que abandonaron la fe y fueron castigados por su desobediencia. Leemos en 2 Corintios 10:11-12, “Estas cosas les acontecieron como ejemplos y están escritas para nuestra instrucción, para nosotros sobre quienes ha llegado el fin de las edades. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”.  (RVA-2015)

Muchos, incluyendo pastores y ministros comienzan en el camino recto, pero por varias razones (problemas, dudas, malas amistades, frialdad entre otras) no terminan la carrera y abandonan la fe. Dios nos advierte en Hebreos 3:12, “Miren, hermanos, que no haya en ninguno de ustedes un corazón malo de incredulidad que se aparte del Dios vivo”. Note que esta amonestación está escrita a “hermanos” o sea personas que han abrazado la fe cristiana y son parte de la familia de Dios. Uno no puede apartarse del Señor si nunca estuvo cerca de Él.

Este mes estamos celebrando el “aprecio al pastor” y quiero animar a todos, pero especialmente a nuestros queridos amigos ministros a perseverar en la fe. Si usted una vez confesó tener fe en el Señor Jesucristo y ahora se encuentra dudando de Él, Dios le está llamando a seguir confiando. Él no rechaza a nadie que sinceramente se arrepiente, sin importar que tan lejos se ha extraviado. “Vuelvan al SEÑOR, su Dios, porque él es clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y desiste del castigo”. Joel 2:13, RVA-2015.