Los pastores son regalos de la gracia divina para la Iglesia

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Por: Miguel Jacinto

El contexto de Jeremías es de juicio sobre Judá por causa de su desobediencia y deslealtad. Jehová había anunciado a Israel de las consecuencias de quebrantar el pacto sinaítico. La cautividad babilónica es el resultado del pecado de Judá. Jehová está ejerciendo su derecho de expulsar a Israel de la tierra prometida. Pero aun en medio de estas circunstancias terribles, Dios muestra a su pueblo gracia abundante. Jeremías proclama un mensaje de juicio y esperanza. Aunque Judá se mereció la disciplina divina, la gracia de Jehová lo preservó de la total aniquilación.

Israel debía volverse hacia Dios en arrepentimiento para recibir el regalo de pastores que amaran y sirvieran al Señor con todo su corazón. Jehová le dice a Israel: “Entonces os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con conocimiento y con inteligencia” (Jeremías 3:15). Los pastores, conforme al corazón de Dios se ocupan de alimentar al rebaño, no de alimentarse a sí mismos y desplumar al rebaño, sino de hacer todo lo que pueden por el bien de aquellos que están bajo su cargo, que los alimentan con sabiduría y entendimiento. No sólo son pastores, sino maestros que alimentan con la palabra de Dios, la cual puede hacernos sabios para vivir vidas que lleven mucho fruto espiritual. La iglesia que se consagra en santidad completa recibe la bondad y la benevolencia del Señor por medio de sus líderes capacitados.

Estimado hermano, Dios quiere bendecir a nuestras iglesias con pastores que amen y sirvan al Señor con todo su corazón. Oremos por un avivamiento personal para que Dios levante pastores conforme a Su corazón que apacienten a la grey con amor, entendimiento y sabiduría. Oremos para que Dios tenga misericordia de nuestras congregaciones para que sean guiadas por pastores que vivan en humildad y el poder del Dios a quien sirven. Oremos para que Dios derrame de su gracia y bendición sobre nuestros pastores para que nos alimenten con la exposición de la Palabra de Dios.