Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres…

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Por: Miguel Jacinto

“Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres…”. (Juan 4:28)

Cierto individuo entró a una ferretería con el objeto de comprar una pala. El dependiente le enseñó una y el hombre, colocándola en el suelo, se paró sobre ella al mismo tiempo que preguntaba: “¿Es esta una buena clase de pala?” “Mi amigo”, le contestó el dependiente, evidentemente usted no sabe nada de palas. Ésta está hecha por Jorge Griffith es un buen cristiano y sus palas son cristianas y usted puede estar completamente seguro de que todo lo que vea con ese nombre es de buena clase. Así como en esta pala, podemos poner el cristianismo en todas nuestras obras y todas nuestras palabras. (http://www.encinardemamre.com/premium/az/t/testimonio.htm#UNA%20PALA%20CRISTIANA)

En una ocasión, Jesús pasaba por la región de Samaria y se detuvo cerca de un pozo para descansar. En aquel momento llegó al pozo una mujer nativa de aquella región, y que era menospreciada por los judíos por ser una mezcla de judíos y gentiles. Jesús le pidió a la mujer agua para beber, pero la mujer se maravilló de que Jesús siendo judío le pidiese agua. Jesús conocía la vida de la mujer y se presentó a si mismo como el Mesías. Ella creyó en Él. Inmediatamente la mujer dejó su cántaro, se fue a la ciudad y testificó a los samaritanos lo que Dios había hecho con ella.

El testimonio personal del creyente debe fundamentarse en su propia experiencia de salvación. La mujer samaritana le dijo a los demás lo que Dios había hecho en su vida. Ella se concentró en la obra y el mensaje que ella había recibido de Jesús. Su deseo fue dar a conocer a Jesús como el Salvador de la humanidad. Note que la mujer fue a su propia ciudad, con los que hablaban su propio idioma y tenían sus mismas costumbres. Debemos compartir nuestro testimonio primeramente con nuestros familiares, amigos y conocidos que Dios ha puesto en nuestra vida.

La Biblia nos insta a dar testimonio de las cosas que Dios ha hecho en nuestras vidas. Dios no quiere que nos quedemos callados sin compartir con los demás Su amor, bondad y misericordia. Los cristianos debemos anhelar cada día dar a conocer la salvación que tenemos en Cristo. No se requiere un diploma en Biblia o Teología para llevar a otras personas a los pies de Jesucristo. El mejor método evangelístico es el testimonio personal. Anote en una hoja de papel como era su vida antes, como conoció a Jesucristo y como ha cambiado su vida desde que fue salvo. Luego compártalo con todos los que están a su alrededor.