Jesus es el Salvador de los pecadores

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Por: Miguel Jacinto

“Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21, NVI).

La gran mayoría de personas piensa que siendo buenos les dará el boleto de entrada a la vida eterna. Nada está más lejos de la realidad espiritual. En ninguna parte de la Biblia se promueve la idea de salvación a través de hacer buenas obras. El profeta Isaías afirma que “Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento” (Isaías 64:6, NVI). Esto claramente significa que nuestra naturaleza humana ha sido corroída por el pecado y lo mejor de nosotros es comparado a los trapos que utilizaban las mujeres durante su menstruación.

La razón de la encarnación

Pero la bondad y la misericordia de Dios fue manifestada a través de la obra redentora de Jesús. La anunciación del nacimiento virginal de Jesus enfatiza la razón de la encarnación del Hijo de Dios. La palabra Jesús en el hebreo significa “para salvar”. John Gill asegura que “Jesus es el único autor de una salvación espiritual y eterna; tal como fue profetizado en Isaías 45:17” (Comentario Bíblico de John Gill, Mateo 1:21). Ningún otro puede ni podrá cumplir con ser tanto Dios como hombre para satisfacer las demandas divinas de perfección y para representar a la humanidad delante del Padre al mismo tiempo. De manera que el nacimiento virginal de Jesus es único e irrepetible. El ser humano que confía en la persona y obra de Jesus alcanza la salvación de sus pecados y es apto para heredar la vida eterna.

Nunca seremos suficientes

Amigo, no importa que tan bueno pretenda ser o cuantas buenas obras pueda lograr, nunca serán suficientes para cumplir las demandas divinas de perfección. Solamente la persona y obra de Jesus puede salvarnos de nuestros pecados. Esta navidad usted puede recibir la salvación de sus pecados confiando en Jesús como su único y suficiente salvador. La animo a hacer la siguiente oración de fe: Señor Dios, reconozco que mis pecados me conducen a una condenación eterna. Te pido que perdones todos mis pecados. Recibo a Jesús como mi Señor y Salvador personal. Hazme una nueva persona y ayúdame a servirte el resto de mi vida en el nombre de Jesús. Amen. ¡Feliz Navidad y Bendecido Año Nuevo!