El 11 de febrero, 2021, ninguno de los más de 130 conductores se imaginaba que iban a estar en un accidente trágico en la carretera I-35 en Fort Worth, TX debido al hielo. El video tomado por un conductor viajando a salvo al otro lado de la barda muestra camiones de carga viajando a 60 millas por hora estrellándose contra una pared de autos detenidos. En algunos casos los camiones terminaron el uno encima del otro y 6 personas fallecieron en la catástrofe. Mas de 300 accidentes se reportaron ese día en Fort Worth y el hielo fue el causante principal en la mayoría de ellos.
Esta tragedia sirvió para ayudarnos a manejar con más precaución y a evitar las autopistas durante los días cuando hay lluvia helada en el pronóstico. Pero por más cuidadosos que seamos, ninguno de nosotros puede evitar la muerte. Tarde o temprano, todos nos veremos cara a cara con nuestro Creador y si no estamos viviendo santa y piadosamente, ¿qué clase de recepción tendremos?
El Señor es bondadoso y misericordioso. Salmos 36:5 dice, “Jehová, hasta los cielos llega Tu misericordia, y Tu fidelidad alcanza hasta las nubes”. Nuestro Dios no se cansa de darnos múltiples oportunidades para arrepentirnos de nuestros pecados y vivir de acuerdo con Sus leyes y mandamientos. Pero Él ha dicho claramente en Su Palabra que hay castigo para aquel que ignora la verdad y sigue sus propios placeres con la excusa de que “Dios me perdonará.”
La Biblia dice que Dios es un “fuego consumidor” y en el libro de Daniel 7:9-10 leemos la descripción de su trono. “Su trono era como llama de fuego; y sus ruedas, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él”. (RVA) También dice claramente en varios pasajes que hay un lago de fuego preparado para el diablo y sus ángeles “y el que que no fue hallado inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. (Apocalipsis 20:15, RVA)
El Señor nos ama y murió para rescatarnos de una vida perdida y darnos una vida abundante, llena de gozo y paz. Además, Él es nuestro buen pastor que nos llevará a Su mansión cuando nuestros días aquí en la tierra llegan a su fin. Jesús está preparando un lugar para nosotros en el cielo porque nos ama y quiere tenernos cerca de Él para toda la eternidad. Lo que más desea es tener comunión con nosotros tanto aquí en la tierra (aunque a través de un velo) como allá en Su hogar celestial.
Si vivimos para llenarnos de placeres y no tomamos en cuenta a nuestro Salvador que dio su vida para rescatarnos de una vana manera de vivir, ¿que nos hace pensar que vamos a estar con Él cuando muramos? Él nos advierte en Gálatas 6:7-8, “No se engañen; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará. Porque el que siembra para su carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna”.
Usted y yo no podemos vivir para nosotros mismos y también para el Señor porque el Señor demanda una vida completamente rendida a Él. El Señor Jesucristo no medio murió en la cruz. Él se entregó hasta la muerte para satisfacer la ley de Dios que dice, “la paga del pecado es la muerte.” Su muerte sustitutiva satisfizo al Padre y por medio de ella, podemos tener vida eterna. Su muerte nos lavó, limpió, perdonó y restauró la comunión con el Padre.
Cuando creemos en el Señor Jesucristo y recibimos la salvación que Él nos ofrece gratuitamente, morimos al “yo” y el resto de nuestra vida es dedicada a vivir para Él. No existe tal cosa como medio creer en Jesús: es todo o nada.
Yo le animo a examinar su corazón y ver si usted realmente está en el campo de los “creyentes”. No se engañe pensando que va a poder “convencerlo” a Dios que ha vivido para Él. Dios ve los pensamientos de su corazón y sabe dónde está su afecto. Él tiene un futuro maravilloso preparado para los que le aman, pero habrá un destino horrible para los que han vivido perdidamente en los placeres de este mundo. Si usted no está seguro de su destino, abra su corazón al Señor ahora y permita que Él entre y le haga una nueva criatura. Él le transformará en una nueva persona y cuando sus días en esta tierra se cumplan, le llevará a disfrutar una vida abundante en Su mansión para siempre.